Aprendizaje de procesos de regulación geosférica a través de experiencia directa en campo

Abstract

El mapa curricular de la recién creada licenciatura den Ciencias de la Tierra, que se imparte desde 2009 en la Facultad de Ciencias, considera a partir del 5º semestre una rama de especialización en Geociencias Ambientales. Los alumnos que optan por esta rama serán capacitados para resolver problemáticas relacionadas con los procesos de regulación que ocurren en la llamada zona crítica, es decir la zona de interacción entre los cuatro compartimentos geosféricos: litósfera, hidrósfera, atmósfera y biósfera. Los procesos abarcan desde el calentamiento global, los ciclos biogeoquímicos, la recarga de los acuíferos, el intemperismo, la modelación del relieve, la regulación del ciclo hidrológico, entre muchos otros. Todos estos se desarrollan en contextos espacio-temporales complejos, dada la alta heterogeneidad de la superficie terrestre (Churchman, 2010). La comprensión de estos contextos complejos se le facilita notariamente al estudiante, cuando se le da la oportunidad de visualizarlos directamente en el campo (Field et al, 2011). Entre la oferta de materias de la licenciatura se incluyen las relacionadas con las Ciencias del Suelo, respondiendo a la creciente demanda de investigación y resolución de problemas en este campo del conocimiento (Hartemink et al., 2001) Además de la enseñanza de los conceptos teóricos, es fundamental capacitar a los estudiantes en diversos métodos de campo que les permitan investigar la magnitud e intensidad de los procesos en contextos particulares, localizados en tiempo y espacio (Field et al, 2011). La capacitación práctica debe obligadamente acompañar a la teórica para lograr, en primer lugar, una mejor comprensión de los procesos, como ya se explicó en el párrafo anterior. Además, experimentar los fenómenos en forma activa, fomenta la creatividad para proponer formas alternativas de investigación y medición, sobre todo en aquellos casos en los que los contextos locales no permiten aplicar metodologías que fueron desarrolladas para un sitio de estudio con atributos diferentes. Esta situación más que la excepción, es la regla en las Ciencias de la Tierra. Los geocientíficos continuamente se enfrentan a la gran diversidad espacial de sus objetos de estudio. Lo anterior implica que en una clase teórica sólo se podrán transmitir los factores que determinan a los procesos en términos generales, pero el egresado deberá aplicarlos a contextos específicos, que difieren de los estudios de caso vistos en clase, una vez que se integre al mercado laboral. Por ello es fundamental crear criterio y capacidad de tomar decisiones con base en experiencias de casos concretos en campo desde su formación durante la carrera. Para resolver problemáticas particulares, los egresados rara vez podrán aplicar recetas de cocina, por lo que más bien debemos capacitarlos para que puedan armar el traje a la medida para cada situación particular a la que se enfrentarán en su vida profesional. Proponemos por lo tanto implementar a nivel licenciatura cursos optativos de campo, así como prácticas de campo que acompañen a los cursos teóricos. Además documentaremos la experiencia didáctica en manuales, que podrán servir a otros docentes en carreras o materias afines. Con la información generada en los cursos armaremos una base de datos que también podrá ser utilizada para ejercicios estadísticos y de modelación en materias afines.

Referencias: Churchman, G.J. (2010): The philosophical status of soil science. Geoderma 157: 214221

Field, D.A., Anthony J. Koppi, Lorna E. Jarrett, Lynn K. Abbott, Stephen R. Cattle, Cameron D. Grant, Alex B. McBratney, Neal W. Menzies, Anthony J. Weatherley (2011): Soil Science Teaching principles. Geoderma 167-168 (2011) 914 Hartemink, A. A. McBratney and J. Cattle, 2001: Developments and trends in soil science: 100 volumes of Geoderma (1967- 2001): Geoderma 100: 217268.