Arte, Botánica y Evolución

Abstract

La fragmentación del mundo, no sólo significó la división del conocimiento en áreas del saber y disciplinas bien definidas, sino también la partición del sujeto que segmenta, clasifica, organiza y transforma el mundo. Hablar hoy día de la dupla mente y cuerpo es tan natural como hablar de la razón y la emoción, lo bueno y lo malo, lo negro y lo blanco, lo civilizado y lo salvaje, la ciencia y el arte. Estas diadas han sido naturalizadas a tal extremo que aunque encapsulan una polaridad que distancia los extremos, no son percibidas como problemáticas. Así, la razón y lo racional se estima en el aula y las emociones, sensaciones y percepciones, de destierran de las discusiones académicas. Curiosamente estas prácticas conviven con las nuevas tendencias educativas que reconocen la integralidad de los sujetos y la importancia de reconocer sus necesidades emocionales y afectivas. Así en el curso de Ética Ambiental de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Morelia, se ha dejado de lado la discusión estética y se ha enfatizado en la revisión histórica de la ética, partiendo de los principales autores y la aplicación de los diversos enfoques a problemas contemporáneos como la crisis ambiental y los derechos humanos. Si bien los temas y los subtemas son de gran relevancia e interés para los estudiantes, se distingue una aridez teórica que merma las discusiones y los análisis en el aula, aun cuando se hayan diseñado una serie de materiales didácticos y dinámicas para estimular el diálogo y la reflexión. En un intento por desafiar la aridez y ampliar la perspectiva de las y los estudiantes se reconoció la necesidad de incorporar la experiencia estética en el aula. Si bien el arte podría considerarse como la expresión de la representación del mundo, su objetivo es estimular la emoción que invita a la reflexión y al dialogo y en consecuencia al descubrimiento personal y social. De allí su ineludible conexión con la ética.